Mar del Verbo

Pronuncio palabras que otro gestó. Pronuncio palabras de otro y en ese acto la violento. En voz alta las pronuncio y esta voz deja de ser mía. El hecho es que la rebeldía nunca resultó. Somos prisioneros en mantas alquiladas que esquiladas, trasquilan lo que podríamos llegar a ser. Renuncio a mi palabra que antes fue idea y ahora suena y ya es de otro. La idea, la voz y la palabra.

La sombra de un cuerpo es fantasma (que recuerda) lo que ya no está. Es ausencia de lo que nunca estuvo y (que) se sabe tarde. Es la marca que deja el mueble desvencijado sobre azulejos desteñidos del living putrefacto. Entonces, si decimos que los cuerpos se interponen entre la conexión de las esencias; Si consideramos que el cuerpo es obstáculo, distracción, tragedia, es cuando empiezo a entender que usaras el mío para olvidarte de vos mismo.

Es que nos quisimos tanto. Ay, cómo nos quisimos Nos quisimos en presente pensamos en futuro Dimos vida tuvimos hijos con rulos sin rulos perro gato patio mesas siestas enteras Soñando mecimos el instinto de hamaca paraguaya en tus labios los mios Tuvimos casa corrimos desnudos paredes con cuadros Jardin planta flores Desterramos muertos aromas Tuvimos cipreses collares bicicletas Viajamos a nado cruzamos fronteras Reimos el cuerpo contemplamos tristeza Hicimos Deshicimos Recuperamos América abrazados devorados Cruzando mares nadando el cuerpo Es que nos quisimos tanto. Ay, qué tanto nos quisimos.

Cuando pensó que ya nada podía pasarle ese año, cometió el error de preguntarle: - ¿Y ahora? ¿En qué está pensando?- a lo que él, de prepo nomás contestó: - En distintas cosas alternadas con usted. - Cagamos.