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Mostrando entradas de agosto, 2008

MANTRA

Aunque lo intentaron, nunca lograron convencer a nadie de que no se tenían fe.

ZONA DE CACTUS

Sobre su sombra, la presencia de su ausencia, primero se acomodó. Después, otro cuerpo. Ni el mismo ni parecido. Sobra sombra por todos lados. - Devorame- le pidió. - Devorame entero y pasame de largo. Ella obediente, obedece. - Empezá por la cabeza. Es donde más vive lo que vive. Mete sin esfuerzo la cabeza en su boca y, entera, la traga. Como él pide. Como él pidió. Y al final, la nausea. Creía en la inocencia de su instinto. Que al no pensar llegaría la salvación. La consecuencia. Ella está rota (también).

LA VIDA PROFANADA

Ella piensa desde lejos en el tiempo. Ella lejos y el tiempo, cosa extraña. Recuerda lo que puede con la cabeza. El resto, con sus restos. - Ya no hay nuestro. Ya no hay tuyo y yo al lado. Pasado participio re pisado. - Vos te fuiste. Yo hice lo que pude. - Usaste el mismo album y pegaste foto sobre foto. - Vos te fuiste. Yo hice lo que pude. -El que se queda no siempre es el que más sufre. - Vos te fuiste. Yo hice lo que pude. - Irse de todo es irse de uno mismo. - Vos te fuiste. Yo hice lo que pude. Vos te fuiste. Yo hice lo que pude. Vos te fuiste. Vos te fuiste. Vos te fuiste.

SUI CADERE

Y caí. Ni la voluntad de cerrar los ojos. Se cerraron los párpados por dentro. Me fui recogiendo hasta igualar el tamaño de mi esencia. Desde el fondo, chiquitita, veía, hasta ya no. El dolor dejó de ser físico para, ahora si, constituirme. Fui dolor. Todo yo fue dolor. Vi amarillo. Sería la luz, interna espero. Pude recordar que en los siete colores que recorre el camino de la meditación, el amarillo aquieta la mente. Y vi amarillo y vi la ola de Hokusai, que trajo el amarillo para agarrar con sus dentados extremos mi dentado ruido y devorarlo. El ruido del mundo se apaga. El ruido de la cabeza se reduce a repasar por última vez los hechos que me conducen a este día. Dirán tantas cosas. Puedo oírlas una por una. Las mentes chatas nunca entendieron mi búsqueda. La vez anterior de la que hablarán, fue cuando metí un destornillador en el enchufe. Quería cerrar el círculo que había comenzado 20 años atrás, cuando tenía 5 y mi padre me detuvo justo antes de lograrlo. Mi búsqueda en ese e

TAN LEJOS, TANTO TIEMPO

Al final todo es una injusta mierda. Vos, que te lo cruzas todos los días en la calle, que le vendes los puchos, la entrada al cine, que le servís las cervezas en el bar, le pedís la hora, te lo chocas en la peatonal. Vos, que le pasas al lado sin notarlo, que compartis la sala de espera y ni bola, que le rozás la pierna en el colectivo. Vos, que le cortas el pelo, le limpias los dientes, le vendes la droga. Vos, que le das vuelta la cara a propósito, que dormís a su lado, que llevas su nombre, que lo peleas, que lo renegás. Vos, vos, vos. Y yo acá, tan lejos tanto tiempo.

DÍA DE FURIA, NOCHE DE CALMA

Me despertaron las sirenas y el samarreo de los policías: - Dale, pendeja. No te hagás la dormida. ¡Nena, activá! Y cuidado cuando te pares. No vaya a ser cosa de que toques al tomuer antes de que llegue el fiambrero. Cuando reaccioné tenía a un gordo acuchillado al lado y un perro policía gruñéndome las partes. Mi primera reacción fue decir una original frase que de solo pronunciarla me hacía sonar culpable: - ¡Yo no hice nada! ¡Sueltemé! ¡Yo no hice nada! – - Así que Yo no hice nada ¿Y el tramontina ensangrentado que tenés en la mano para qué lo usaste? ¿Tan cruda estaba la cena? Efectivamente. Un cuchillito brillante y nuevo titilaba en mi mano derecha. Pensé en la cena. La carne había estado cruda pero no tanto. Bueno, lo suficiente para que llamara al camarero o como se llamen los azafatos de colectivo y le pidiera “un cuchillo de verdad”, refiriéndome a uno que no fuera de plástico dadas las condiciones de la porción a rebanar. - ¡Yo no hice nada! ¡Yo no hice nada! –seguía dicien

THE POLLA SITUATION: CAP III

Capítulo I , II Se acercaba mi día libre, así que decidí que lo pasaría con mi nuevo Amante, explorando los intersticios del lenguaje y de la lengua. Recomendación: no utilizar la “visita sorpresa” con el amante porque, aunque una sea nueva en esto de coger y después conocer al objeto cogido y por más difícil que resulte desactivar el chip tratalo-como-un-novio, hay que intentarlo, para no encontrarse con sorpresas. El caso es que yo sabía que esa tarde estaría solo y trabajando y por varios días me venia insinuando que quería probar el helado servido en mi espalda y el momento no podría ser mejor: día libre, sin apuro, calor justo, sorpresa, ropa interior a estrenar. Así que me duché, elegí vestuario, alcé necessaire de básicos (cepillo de dientes, bombacha 2, preservativos, chicles) y pasé por la heladería eligiendo con cuidado los sabores que, como un perfume, quedarán mejor con mi piel. Una vez en el lugar del delito, le envío un mensaje: “Estoy abajo y te advierto: estoy muy guapa

ALMA ZEN

Ella lo miró decidida y le dijo: - ¿Sabés qué? Hoy con mi psicólogo entendí que la vida con vos es un continuo contar hasta diez para no mandarte a la puta que te parió y que después de un tiempo es interesante, pero que después de más tiempo deja de serlo. - No sabía que estabas yendo al psicólogo- respondió él, con el tono de sorpresa enojada que solo tienen los que se enteran de que dejaron de saberlo todo. - No estoy yendo al psicólogo. Salgo con uno. Y ese no es el punto, no me cambies de tema.

A VER SI NOS ENTENDEMOS

Hablo de versatilidad dentro de un estilo. Hablo de vos, de mi y de nuestro estilo. Hablo de crecer, crear, de correr. Hablo de todo lo que quiero que me hagas. Hablo de clishés, de escenas robadas, de espontaneidad. Hablo de coger, de lamerse, de sentir, de resbalar. Hablo de conocer y reconocer. Hablo de vos, de mi, de lo que nos hizo llegar acá. Hablo de los tuyos, los mios, los que nos nutrieron para llegar acá. Hablo de todo lo que toqué para tocarte así. Hablo de camas, autos, sillones, parques, calles, livings. Hablo de complicidad y de extrañamiento. Hablo de sentir y tambalearse. Hablo de elegir y de jugar. Hablo de a poco, de golpe, de soft y salvaje. Hablo de disputas, de esperar, de acuerdos y elecciones. Hablo de respeto y avance. Hablo de huellas y cicatrices. Hablo y cuando lo hago, esto es lo que digo.

THE POLLA SITUATION: CAP II

Decidida a recuperar lo ganado, llamo al muchacho. Después de todo, haber caído en cada una de las trampas clásicas de seducción no es algo que voy a dejar pasar así, sin pena ni gloria. Está ofendido. Su voz es una cortina de acero que protege su orgullo malherido, pero logro convencerlo para que nos veamos. Lo se. Soy mucho más persuasiva en persona. - Perdonáme. Disculpáme. Dale, che- Qué vil. Se lo digo en argentino magro. Irresistible.- Es que la otra noche me sorprendiste, no se. Tenés que entender que allá usamos esas palabras para vacilar. Como cachondeo, sabes. –Términos canarios para hacerme entender. Le agarro la rodilla y aprieto progresivamente mientras le digo: - Y si, me encantó tu p… po… polla. Se hace hacia atrás en un gesto rígido que me hace entender que aun esta ofendido. - ¡Perdón! ¡No es tu pija es que me cuesta usar esa palabra en serio! Perdonáme. Dale, che. - A ver. ¿cómo le dicen al coño en tu país? - Concha. - Ay, Dió. Como mi abuela. - Bueno. Así, cuando me