Vistas desde arriba, las cinco mujeres que ven televisión acostadas en el suelo parecen muertas. Vistas en cinco minutos, van a estarlo. Las cinco mujeres descalzas vestidas de blanco ríen y agarran sus panzas, embarazadas. A algunas se les nota menos. A otras se les intuye más. La que mira desde arriba es falda negra, zapatos duros, cabello atado. Camina lento, piso alfombrado, hacia la habitación del fondo. Abre un cajón y saca un arma con movimientos despacios, de piso alfombrado. Va hacia el balcón que da a la planta baja, donde las cinco mujeres ven televisión acostadas en el piso. No la escuchan, pisa alfombrado. No la ven. No ven más que ellas y sus vestidos blancos, descalzos. La mujer, disparo preciso, dispara. Lo que parecia muerto se mueve. Lo que estaba vivo se muere. Gritos y el silencio. Lo blanco es tinto. El silencio es ruido. La mujer camina alfombrado, cierra la puerta, guarda el arma, prende la tele, espera. Otras cinco mujeres que gritan corren. Tocan la puerta de