Sofía Ferrero Cárrega y Christian Martinez Sánchez
Si esta entrevista no estuviera acompañada de una foto, la mayoría no sabría reconocer a Fran Healy por el nombre. Sin embargo, el vocalista y líder de la banda irlandesa Travis, encuentra en ese intersticio, la razón de ser de Wreckorder, su primer álbum solista.
Lo entrevistamos el pasado 18 de febrero en el camerino de la Sala BeCool de Barcelona, donde nos recibió, amable y sin prisa, mientras afinaba su guitarra.
¿Cómo surgió la idea de grabar Wreckorder?
En 2009 compré un escritorio para grabar y empecé a componer, deslumbrado por las posibilidades que ofrece. En ese momento no creía estar haciendo un álbum solista, sino hasta cuatro meses después. El proceso normal cuando compongo para Travis es que hago una canción y la grabo. Esa demo es la que le paso a la banda para luego volverla a grabar todos juntos. Pero esa canción que compongo es Travis. Por eso creo que mi sonido y el de este disco se parecen mucho a Travis. Fue entonces cuando llegué a preguntarme: ¿Qué es Travis? ¿Es una banda, un sonido, unas canciones? Si suena a Travis, tal vez la banda no son cuatro personas sino un sonido.
Entonces al principio estabas componiendo de la misma manera que lo haces siempre.
Sí. La diferencia fue que esta vez no me apeteció pasarle la demo a la banda. Lo hice solo y con otros músicos y me sentí genial, porque cuando haces algo una y otra vez de la misma manera se transforma en aburrido. Además, todos necesitábamos un descanso. Todos y cada uno de nosotros.
¿Generó algún tipo de conflicto esa decisión?
No lo creo. De todas maneras no he tenido noticias de ninguno de ellos, así que tal vez sí hay un conflicto. Nadie me ha dicho: me encantó el álbum. Pero entendería si hubiera conflicto porque si escucharon el disco probablemente pensaron: nosotros podríamos haber tocado eso. La cuestión es que ni yo ni ellos quisimos. Todos estábamos cansados de Travis: la banda, los periodistas, los fans. Muchos se confundieron con el último álbum de la banda porque era un estilo bastante más duro que en los anteriores. Y a nosotros nos pasó que dejamos de darnos cuenta cuándo gustaba un disco y cuándo no tanto.
A veces llevo meses y meses sin componer y luego, en dos semanas, tengo cientos de ideas. Pero he aprendido a no desesperarme porque, así como no creo en la creación constante, tampoco creo en el bloqueo de escritor.
Wreckorder ha sido muy bien recibido. La respuesta ha sido muy buena. ¿Tú cómo lo sientes?
¡Sí! Ha sido genial. A los fans les ha gustado bastante porque ¡suena a Travis! Y disfruto mucho las reacciones cuando no saben quién soy. Es genial no ser Mr. Travis, como más de una vez me han dicho. Además la gira, que soy yo con mi guitarra, es muy básica. Cuando te gustan las canciones de una banda y después vas a oírlas en vivo, han pasado por tantos procesos; la producción, la grabación, las versiones, que la génesis de esas canciones queda muy lejos. Esta gira está pensada para que las personas lleguen a escuchar las canciones prácticamente como se hicieron. Y creo que gusta mucho. Personalmente, disfruto muchísimo tocando en vivo de una manera un tanto más simple.
Has incrementado la comunicación con el público también ¿no?
De hecho, los primeros años de Travis hablaba mucho en los conciertos pero a la banda no les gustaba demasiado. Les aburría. Cuando estás en una banda y sabes que algo les molesta al resto, dejas de hacerlo. Lo entiendo porque si Dougie o Andy hablaran sin parar probablemente a mí me molestaría. Y muchas personas se acercaban al final del concierto y me preguntaban por qué no hablaba como antes. Ahora estoy descubriendo que a lo mejor son este tipo de cosas las que hago cuando toco solo y no cuando toco con Travis. Y siento que he hecho lo correcto porque cuando volvamos a tocar estaremos todos más relajados. No sentiré el no hablar como una carencia porque ya habré construido mi espacio para hacerlo.
¿Cómo fue trabajar con el mismo productor de Travis, Emery Dobyns?
Hacer un álbum es 80/20. Un 80% es hacerlo y el otro 20% es perfeccionarlo. Es como ir al gimnasio. Tú vas, ejercitas y ejercitas y sigue quedando ese poco de grasa que no se va. Necesitas un entrenador personal. Ese sería el productor. Arregla sonidos que no hay cómo mejorarlos sin ayuda. Y Emery es muy profesional y tiene buen gusto. Para mí era importante trabajar con alguien que ya conociera y que me conocía a mí. Eso te ahorra mucho tiempo y estrés.
¿Cómo continúa tu año?
Después de este concierto iré a casa, Berlín, para estar con mi familia, por un día. Después Viena, Suecia, Italia y después voy a Los Ángeles por un día, porque Nigel Godrich, que es el productor de Travis además de mi mejor amigo, cumple 40 años, así que tengo que estar ahí. Después de eso Paris, Ámsterdam, Viena de nuevo y después ya termino... creo.
Sin embargo, ¡hay tantas cosas que quiero hacer! Creo que cuando te conviertes en padre te das cuenta de cómo pasa el tiempo. Te acuerdas de tus padres, cuando tenían esta edad. Y ahora tú tienes esta edad y ellos tienen 60. Y los nacimientos y la muerte y el tiempo te presiona y me doy cuenta de que no tengo tanto tiempo.
¿Y qué te gustaría hacer, entre todas las cosas que deseas?
Quiero seguir con Travis, con los que sacaremos disco a fin de año, probablemente; quiero escribir con otras personas; a lo mejor hacer alguna película. No estoy seguro por qué pero cuando se ha tenido éxito en algo, uno siente que hay un montón de cosas que ya ha hecho y necesita probar cosas nuevas. Sin embargo, mi prioridad ahora es ser un buen padre.
¿Qué implica para ti ser un buen padre?
Construir confianza en tu hijo, escucharlo y no ignorarlo, darle la mayor cantidad de tiempo posible, jugar con él mucho, por lo menos dos horas por día; ser un buen ejemplo y no cometer los mismos errores que los padres de uno. Aprender de esa experiencia cercana.
Hace unos días, mi hijo anduvo en bicicleta por primera vez. Mientras mi esposa lo filmaba yo me fui un momento al coche a buscar algo. Cuando, horas más tarde miré la grabación, vi que en ese momento en que me fui, él se detuvo, miró para atrás y dijo ¡¿dónde está papá?! Entendí que lo importante para los hijos es que uno esté presente para verlos y crearles confianza. Fue muy alumbrador ver esa reacción ante mi ausencia. Es un amor tan fuerte el que se siente por un hijo. Me maravilla porque crece y crece y se expande y ¡toma dimensiones imposibles! Me recuerda al tipo de enamoramiento de cuando uno tiene 8 años, por ejemplo. Lo que se siente por tal chica cuando aún no eres sexual. Es un amor muy puro. Una mezcla de emociones. Una sensación extraña en la garganta y el estómago. Es físico.
¿Cuándo sueles componer? ¿Escribes en cualquier sitio y momento o tienes tu espacio?
Escribo en el sótano de mi casa de Berlín, cerca de medianoche cuando sé que nadie puede escucharme porque están durmiendo. Desde la medianoche a 7 de la mañana aproximadamente.
¿Desde qué edad escribes?
Desde los 13 años. Es extraño porque soy disléxico y me cuesta muchísimo leer. Ahora que le leo libros a mi hijo balbuceo y hablo lento porque cuando veo las páginas, las palabras saltan para todos lados. Es decir, que las palabras entren, me cuesta mucho pero, sin embargo, que salgan, no. De hecho, escribo diarios íntimos y hago canciones desde siempre.
¿Tienes un stock de canciones?
No, no. Ahora, por ejemplo, no tengo una sola canción nueva. En mí, los períodos de creación son como una ola de arena. Siento que nunca he sido profesional. Puedo trabajar con fechas límite pero eso es lo más profesional que puedo llegar. A veces llevo meses y meses sin componer y luego, en dos semanas, tengo cientos de ideas. Pero he aprendido a no desesperarme porque, así como no creo en la creación constante, tampoco creo en el bloqueo del escritor. Habrá momentos de gran actividad y otros más tranquilos.
Comentarios
Francis Healy parece ser un gran ser humano, que tiene conciencia sobre lo que es realmente importante en esta vida.