Ir al contenido principal

THE WOMAN WHO RAN (2020), DE HONG SANG-SOO

“Entre gallos y medianoche”



Escribir sobre una película del director Hong es escribir sobre el director y, siempre, escribir sobre su filmografía como una unidad casi inseparable.

Muchos de sus más de 20 films comparten temáticas muy similares que, básicamente, abordan los recuerdos y la memoria; las imágenes que les quedan a los personajes sobre ciertas personas que pasan por sus vidas y los momentos clave donde memoria y presente se confrontan, y están lejos de ser compatibles. Lo curioso, es que esa misma operación dialéctica sucede en la memoria del espectador cuando intenta recordar cuál de los films de Hong es ese en el que estoy pensando. Algunas ayudas hay, juegos narrativos de repetición, por ejemplo, que acercan la posibilidad de distinguirlas, pero, en general, se configuran en nuestra memoria como parte nuestra, como, quizás, un recuerdo que me pertenece, así más sea el propio recuerdo de haberla visto.  

También se pueden agrupar las películas en diferentes grupos: películas donde priman los juegos de montaje (Tales of cinemaRight now, wrong then), películas con protagonistas no coreanos (In another countryThe hill of freedom; Claire’s camera), películas en blanco y negro (The day afterGrassHotel by the river), etc.

Y hay otra manera de leerlas que es de lo más interesante y deviene de su filmografía más reciente, que son sus films protagonizados por mujeres. Films que lejos de ser superficiales, denotan una elegantísima sutileza.  

“La mujer que huyó” (2020) forma parte de la sección Panorama del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y está protagonizada por cuatro mujeres, la principal es Kim Minhee, la misma actriz (y hasta quizás, personaje) de sus últimos trabajos.  

Gamhee (Kim Minhee) viaja para encontrarse, en diferentes momentos, con tres amigas. Estos tres encuentros estructuran los 77 minutos que dura el film y son básicamente conversaciones tranquilas y relajadas entre mujeres.   

Entre estos cuatro personajes hay dos mujeres divorciadas, una de las cuales convive con otra mujer y la tercera, casada con un ex amante de Gamhee y con muchas ganas de dejar de estarlo.

Gamhee está felizmente casada con un traductor que nunca vemos pero que aparece a través de las palabras de Gamhee, en un discurso que se repite: Están juntos hace cinco años y esta es la primera vez que se separan porque él cree que es natural que las personas enamoradas estén siempre juntas. Ese texto lo repetirá tres veces, una por cada amiga que visita. Para la tercera vez que lo escuchamos y que ella se escucha repetirlo en voz alta, también le hemos oído decir que si una persona se repite mucho es muy difícil creerle porque no suena honesta.

Y aquí el nodo de la cuestión. Aquellos varones de sus anteriores películas son aquí el fuera de campo, tanto así que están filmados de espaldas o narrados, sin cuerpo.

Son molestias anónimas, sin rostro. Son los mismos caprichosos de antes, pero ahora no protagonizan nada, ni siquiera la escena en la que aparecen. Y no solo eso, sus pequeñas apariciones no modifican las decisiones o humor de las protagonistas y los diálogos entre ellos son un gran contrapunto de inteligencias, de tonos y de maneras de ponerlos en su lugar.

Los personajes masculinos que aparecen en esta película son una molestia, irrumpen, buscan romper, desacomodar con su presencia, con sus caprichos. Y lo más interesante es que Hong no romantiza aquí vínculos ni situaciones de pequeñas violencias, como tampoco idealiza los encuentros amorosos casuales. Son mujeres que pasan a otro tema y los varones, con sus prepotencias y caprichos, son dejados en evidencia.  Y hasta los gallos, machos ellos, son narrados como seres jodidos que les picotean el cuello a las gallinas y las dejan sin plumas, a propósito, solo para joder. Y lo dice Hong, conocido por poner en escena varones con síndrome de eterna adolescencia, irresponsables y papeloneros que por el momento no tienen más lugar en su pantalla. 

P/D: ¿De qué mujer habla el título? ¿De una? ¿De todas? ¿De Gamhee? Continuará....

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

TODOS NOS LLAMAMOS ALI - 1974- R.W. FASSBINDER

“La felicidad no siempre es divertida” El miedo que come el alma al que refiere el título original ( Ali: fear eats the soul ) sobrevuela la película. Miedo a una sociedad que rechaza a esta pareja (ella varias décadas mayor, él inmigrante de color) que como reacción se aísla, primero junta, después por separado. Miedo a la felicidad y su precio; miedo a la soledad que los lleva a estar juntos para no seguir solos; que va y viene, rodeándolos, como la cámara, que empieza siendo una amenaza a la que se terminan acostumbrando. Resulta llamativo que esta historia de amor destemplada, sin comienzo ni final feliz, se haya inspirado en aquel melodrama clásico de 1955, “All that heaven allows” de Douglas Sirk. Los movimientos de cámara (no de zoom) que en aquella acercaban al espectador a la intimidad de sus personajes, en ésta se acercan para luego alejarse, dejándolos dentro de la habitación, desnudos o bailando mientras enmarca, desde lo oscuro, la imagen que ha creado. Y así se explicita

Sobre "Muchachos, la película de la gente".

Filmar lo popular, construir lo argentino El jueves 7 de diciembre se estrenaron dos películas sobre el Mundial en el que Argentina ganó su tercera copa. Una,  Elijo creer , es la película oficial de la AFA. Su relato está construido mediante entrevistas de estudio, tranquilas, con distancia histórica y en la que tienen voces los protagonistas en primera persona. Es decir, considera como protagonistas solo a los que jugaron el mundial.  Mientras que  Muchachos, la película de la gente  es todo lo opuesto. Y desde los poster de ambas se plantea la clara diferencia. Mientras que  Elijo creer  pone a Messi en el centro de la imagen, con la copa en la mano, y con algunos de los jugadores satelitales a su estelaridad,  Muchachos  muestra a la selección fundida en un abrazo sin rostros sobre un mar de personas.   Ambos filmes se insertan dentro de una tradición que comenzó con  La fiesta de todos , la película oficial del mundial del ‘78, dirigida por Sergio Renán y con pequeños sketch cómic

LAS MEJORES PELÍCULAS DEL AÑO (para mi)

Como todo ranking, éste es subjetivo y caprichoso. Tampoco tiene orden de prioridad. Es decir que está compuesto por películas que ahora forman parte de mi. Son distintas entre sí y casi todas pude verlas en pantalla grande, dato no menor ya que cada vez se hace más evidente la diferencia que significa el lugar, la manera y la calidad del visionado para que un film permanezca o pase de largo.  He armado dos grupos. Uno compuesto por 5 películas argentinas y otro por 6 películas internacionales.  Empecemos, pues:  TRENQUE LAUQUEN (Laura Citarella, Argentina, 2022) Las películas de Citarella son mundos (espacio), son momentos (tiempo) a los que quiero mudarme. Quiero recorrer las calles de Trenque Lauquen en la bicicleta de la protagonista; quiero escuchar el programa de radio del pueblo donde las mujeres cuentan las cosas más interesantes; quiero comer las dos medialunas que dejó el protagonista que, enamorado, obsesionado, preocupado busca a su novia siguiendo huellas imposible